España “es”. Es decir, existe, al menos por ahora y a pesar de importantes deseos de que deje de “ser”. Ahora bien, los límites físicos y culturales de lo español no siempre son fáciles de fijar. Si España fuese sólo un Estado –un aparato político- o una nación –una sociedad soberana-, las dudas serían reales. Pero España existe antes que eso y por encima de eso. Es una comunidad, la más histórica de todas.
Portugal, ¿un enigma histórico?
Antes de la invasión musulmana, el territorio del actual Portugal siguió la suerte del resto de España, y su población en nada se distinguió. En la Reconquista, y por razones dinásticas, un pequeño condado del reino de León, en torno a Oporto, adquirió rango de regio. Así, Portugal fue uno de los “cinco reinos” de la España bajomedieval. Reiteradamente codiciada por los reyes Trastámara en su proyecto neogótico, los reyes de Portugal fueron durante los siglos primos de los del resto de España. Y esa familiaridad culminó en 1580, cuando en las Cortes de Thomar Felipe II se convirtió en rey también de Portugal. En el siglo XVII la ambición de la casa de Braganza, de sangre real por línea ilegítima, estimulada por Francia, Inglaterra y Holanda, provocó una secesión portuguesa. Poco a poco, al volver a ser Estado, Portugal se hizo nación. Pero eso no cambia su pasado y su origen, inequívocamente español; ni su cultura, íntimamente cercana. Portugal es una cicatriz abierta en la España medieval, y una poderosa razón para el más sincero europeísmo.
Canarias
Según su más reciente proyecto de Estatuto, es un pueblo “protohistórico” norteafricano, que no conoció la obra civilizadora de Roma”. Aparte de mostrar orgullo por algo que pocos exhibirían como mérito, lo cierto es que los canarios actuales son en porcentaje abrumador descendientes de los peninsulares conquistadores y pobladores desde el siglo XIV. Y la cultura canaria es, en todo y por todo, española.
Ceuta, Melilla y sus dependencias
Pertenecen a España desde antes de existir el reino de Marruecos. Realmente, la costa septentrional africana fue una provincia romana, dentro de la diócesis de Hispania, con capital en Tánger; la primera ciudad visigoda conquistada por el Islam fue Ceuta, entregada por el traidor conde don Julián. Y Ceuta fue reconquistada, como parte que había sido del reino de Toledo, por Portugal en 1415. Al igual que todo Portugal se unió políticamente a la corona en 1580; pero a diferencia del resto de territorios portugueses, Ceuta siguió leal a Felipe IV en 1640. Melilla fue reconquistada en 1497 por el duque de Medinasidonia en nombre de los Reyes Católicos. Esos territorios son, pues, españoles; y también lo es pues su población originaria. Ahora bien, para el futuro, Marruecos está jugando con habilidad la baza de la presión demográfica.
Gibraltar
Es exactamente el caso opuesto a las plazas norteafricanas españolas. Gibraltar fue ocupado en 1740 por Gran Bretaña, y su población española huyó a San Roque, levantando acta del abuso. Una base militar legalizada por el Tratado de Utrecht tras la Guerra de Sucesión. Gran Bretaña no discutió que fuese España, sino que se limitó a servirse de la fortaleza. Ahora bien, al amparo de ésta se instaló una población de orígenes variados, sólo en parte española. De hecho, nada hizo tanto para crear entre los llanitos un sentimiento británico como el cierre de la verja por la España de Franco. La incomunicación hizo más para alejar Gibraltar que tres siglos de imperio anglosajón. Eso sí, los actuales gibraltareños podrán no sentirse españoles, pero siguen sin ser la población originaria de la colonia. Gibraltar es España, pero ha sobrado retórica y ha faltado voluntad para recuperarlo. ¿Es demasiado tarde?
Extraído del artículo de Pascual Tamburri “España es su historia: identidad(es)” publicado en la revista El Manifiesto en su número 6.
lunes, 4 de junio de 2007
Cuatro casos... ¿dudosos?
Publicado por
Jesús Garrido
a las
21:24
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3 comentarios:
Portugal es algo delicado, aunque es históricamente evidente que con los antiguos reinos que hoy conforman el Estado español se trataban mutuamente de igual a igual. Y el papel jugado por otros Estados como el británico en ese sentimiento anti-castellano y por extensión anti-español fomentado en esta tierra vecina, con la historia de que España no es más que una suerte de "Imperio castellano" que a costa de las regiones periféricas va expandiéndose y absorbiendo culturas (aunque cierto es, y gran parte de culpa tienen, que ciertos gobernantes de nuestro país parece que se lo creyeron y lo intentaron llevar a la práctica).
Se me olvidó continuar...
P.D.: sería un gesto muy simbólico de amistad con Portugal el devolverles la plaza de Olivenza.
Lo de Canarias es cuanto menos, curioso. Pues es muy común escuchar a nacionalistas de allí elogiarse a los cuatro vientos de su identidad guanche, cuando la absoluta mayoría son descendientes de españoles peninsulares, y habiendo dejado la conquista de Canarias prácticamente extinguida a la comunidad guanche.
Ceuta y Melilla son casos complicados, pues si bien es cierto que pasaron a estar poblados por españoles antes de que naciera el Estado marroquí, la actual dinámica demográfica puede hacer que cambien las tornas.
Y, por último, qué decir de Gibraltar... Es una colonia, de las últimas que se mantienen, a saber por qué intereses.
La verdad que el control del Estrecho de Gibraltar no es en absoluto importante hoy en día. Antiguamente lo era y mucho. Por ahí tenían que pasar todos los barcos que quisieran introducirse en el Mediterraneo y Gran Bretaña casi que podía elegir a cual dejar pasar y a cual no. Actualmente creo que lo mantienen simplemente porque los gibraltareños quieren, ya que les sirve de poco a los ingleses.
P.D.: Ser independentista canario es como querer la independencia de Florida de los EE. UU., algo sin pies ni cabeza.
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