Los de Schuster llegaron a Murcia de sobrados y lo pagaron · De Lucas, goleador grana · Guti sigue siendo un niñato
El Real Madrid sufre y mucho los parones ligueros. Ya le pasó contra el Español, contra el que perdió en Montjuic, y le ha vuelto a pasar en Murcia. Los blancos, además, se creyeron demasiado superiores ante un equipo de menor talla, lo que les pasó factura.
Los pupilos de Schuster empezaron el partido haciendo el fútbol al que nos tienen acostumbrados. Mucho movimiento de balón, con protagonismo de Guti. Y puso la guinda el gol de Robinho en el 8'. El brasileño marcó, en fuera de juego, el primer gol tras rematar un centro del '14', culminando una gran jugada de tiralíneas de los blancos. El partido parecía controlado por el Madrid, que tenía casi toda la posesión del balón. Pero eso sí, Notario era un espectador más de los 30.000 que llenaron Nueva Condomina.
El Murcia intentaba desperezarse, e iba a conseguirlo según avanzaba el encuentro. Abel (sí, yo también me pregunto por qué éste ha sido su primer partido como titular) entró en acción y los granas empezaron a tocarla. Aun así, el partido entró en una fase de despropósitos por ambos bandos. El final de la primera parte llegó tras señalar Daudén Ibáñez dos más que dudosos fueras de juego de los delanteros pimentoneros cuando encaraban a Casillas.
Fiesta grana
El Madrid parecía tener controlado el partido, pero no se imaginaban lo que les esperaba nada más reiniciarse el encuentro. Abel pone el balón en el córner; de pronto vemos a un jugador del Murcia salir corriendo como un loco hacia el área; Abel la pone y De Lucas, que había recorrido unos 30 metros en 3 segundos remató a gol en plancha. Un golazo que ponía las tablas en el marcador y hacía justicia a lo que se había visto en el campo, es decir, que ninguno era mejor que el otro. Desde ese momento el partido se convirtió en un querer y no poder del Real Murcia, que tuvo cosa de seis clarísimas ocasiones para ponerse por delante. En parte se debió al impresionante trabajo en la presión de Íñigo, Baiano y De Lucas (ha hecho su mejor partido desde que está en Murcia), y posteriormente de Goitom e Iván Alonso, que sustituyeron a los dos primeros. Además, las internadas de los jugadores de banda del Madrid no daban frutos, porque el debutante De Coz y el siempre infravaloradísimo Paco Peña paraban siempre a Robinho o Ramos. Todo esto, y el hecho de que tanto Van Nistelrooy como Raúl estuvieran fijos en sus puestos, provocó que tanto Diarrà como Gago perdieran innumerables balones en su propio campo.
Guti, eres un niñato
A esta situación se le unió la perenne infancia de Guti. El cerebro blanco, desaparecido desde la primera media hora de partido, volvió para agredir a César Arzo después de que este le hiciera una leve falta. Daudén no se lo pensó y lo mandó a la caseta. Una chiquillada más de Guti, que demuestran a la gente por qué es una promesa de 31 años.
En fin, un punto que todo murcianista habriamos firmado antes de empezar, pero que sabe a poco viendo cómo se desarrolló el encuentro. Ahora, a por el Mallorca.