¡Y van 30! El Real Madrid gana su trigésima Liga y acaba con una racha de tres años en blanco ante el Mallorca·3-1
¡Campeones, campeones, oé, oé oé! Éste es el grito que se oyó salir de las gargantas del madridismo. Una reprimida alegría que se desbordó con el gol de Diarra, que remontaba el tanto inicial de Varela para el Mallorca. El Real Madrid volvía a lo más alto del podio español tras tres años de sequía en la Liga con más emoción que se recuerda. Atrás quedan ya los fiascos ante el Bayern en Champions o el Betis en Copa; olvidados han quedado las derrotas en casa ante Celta, Recre y Levante. Los merengues vuelven a reinar en España... acosta del Barcelona, que de nada le sirvieron los cinco goles que marcó en el Nou Stadi de Tarragona al Nástic. Los azulgrana pagaron cara su relajación final y vieron cómo se les escapaba una Liga que tenían en el bolsillo hace tan sólo tres meses. Un equipo el de Rijkaard que ha pasado de aspirar a seis títulos grandes a llevarse el menos importante de ellos: la Supercopa de España. Además, recordemos la ilegalidad de esa victoria, ya que el Barcelona alineó a Xavi y Puyol sin el consentimiento de la RFEF, ya que supuestamente estaban lesionados y por esa razón no acudieron al amistoso de España en Islandia- considerar título a la Copa Cataluña me parece lo más patético que puede decir un barcelonista a estas alturas-. Ilegalidades aparte, el Barcelona ha demostrado claros síntomas de "galactismo" que hacen augurar lo peor para el equipo de la ciudad condal. Aun así, el presidente culé, Joan Laporta, no piensa desprenderse de ninguna de sus estrellas, a pesar de la clara diferencia existente entre Eto'o y Ronaldinho.
Bueno, volvamos a lo importante. El Real Madrid ha vuelto a llenar de emoción los últimos minutos de la Liga 2006 - 2007 como ya hiciera en partidos anteriores contra Español, Recreativo o Zaragoza. El gol de Varela a los 15 minutos de partido enmudecieron un Santiago Bernabéu repleto de madridistas ilusionados con la Liga. El Real no se sintió cómodo en ningún momento del primer tiempo y no creo casi ocasiones de gol. El buen hacer de Fabio Cannavaro, resucitado justo a tiempo, en defensa evitó la llegada de más goles bermellones.
La segunda parte fue todo lo contrario a la primera, como es habitual en la parroquia blanca. Capello introdujo a José María Gutiérrez, Guti, en el campo, y el Madrid tuvo mucha más presencia en ataque. Aun así, las alegrías tardaron más de veinte minutos en llegar. Un saque de puerta de Casillas, tras tocar en Raúl, llega a las botas de Robinho, que no puede irse de Héctor, así que se la da a Higuaín, que había entrado en la primera parte por la lesión del Pichichi y casi Bota de Oro, Ruud Van Nistelrooy, el argentino, con un toque sutil se desace de Ballesteros y pone el balón atrás para que Reyes marcara el gol del empate con la derecha. El utrerano, que había sustituido a Beckham, también lesionado, en los que habían sido los últimos minutos del inglés con la elástica merengue, se iba a convertir en el héroe del madridismo esta noche.
El Real Madrid quería más, quería la Liga, y necesitaba como mínimo otro gol para conseguirla. E iba a llegar en el minuto 81 de partido con un remate de cabeza sin mirar la portería del malí Diarra a un saque de córner de Higuaín. El criticado jugador africano abrió las puertas del paraíso a una afición que hizo botar al Bernabéu como no lo hacía en tres años. Los jugadores se volvieron locos de alegría, hicieron una piña encima de Diarra-hay que decir que todos nos abríamos tirado también a esa pina de haber podido- que no olvidarán en mucho tiempo.
Pero, por si acaso, el Real necesitaba marcar otro gol que sentenciara definitivamente la Liga, y llegó por medio del sevillano Reyes, que culminó una maravillosa contra llevada por Higuaín y Robinho, con un preciso disparo desde la frontal que sorprendió al portero Moyá. Reyes desató su alegría y la piña se volvió a formar sobre él. El Bernabéu comenzó el cántico que deseaban desde hace mucho tiempo: "¡Campeones, campeones, oé oé oé!" al que se le unió el "Así, así, así gana el Madrid". Y es que el Madrid ya es otra vez campeón de Liga, y van 30.
Despedidas
No podían despedirse mejor, no habría otra opción que superara ésta. Roberto Carlos y David Beckham pusieron fin a 11 y 4 años respectivamente de madridistas con la Liga bajo el brazo. El brasileño pone rumbo al Fenerbahce y el inglés a Los Ángeles Galaxy. Un adiós muy emotivo que derramó las lágrimas de diestro y siniestro. Tras anunciar jugador por jugador de la plantilla blanca -¿alguien sabe dónde estaba Cassano?-, se dejó para el final a los dos que se van. El primero de los dos fue Beckham que, acompañado por sus tres hijos, se fue dirigiendo al círculo central donde estaban sus compañeros, recibiendo el mayor homenaje de su vida. Y es que el inglés lo ha pasado muy mal este mismo año y no merecía irse del Real sin ningún título.
Incluso más emocionante fue la despedida de Roberto Carlos. Un Bernabéu en pie, llorando y ovacionando al que ha sido su ídolo durante más de una década. Sus compañeros, de rodillas y adorándole. No es posible explicarlo con palabras y el que se crea que lo hace bien es un hipócrita, eso hay que verlo. Las lágrimas se derramaron por las mejillas del carioca, que no se separaba de la bandera de su país que le había dado Robinho.
Incluso más emocionante fue la despedida de Roberto Carlos. Un Bernabéu en pie, llorando y ovacionando al que ha sido su ídolo durante más de una década. Sus compañeros, de rodillas y adorándole. No es posible explicarlo con palabras y el que se crea que lo hace bien es un hipócrita, eso hay que verlo. Las lágrimas se derramaron por las mejillas del carioca, que no se separaba de la bandera de su país que le había dado Robinho.
La única luz del estadio apuntaba al que ha ocupado con incomparable destreza la banza izquierda del Madrid. Una zurda envidiable, una carrera supersónica, una mejor persona. UN MADRIDISTA. Roberto Carlos dedide emprender una nueva aventura fuera de los muros del coliseo blanco y se va al fútbol turco donde será recibido con vítores del héroe que es. Ya se te echa de menos, Roberto. Nunca olvidaremos tu eterna sonrisa y tu fútbol. Gracias y hasta siempre Roberto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario